Aquí tenéis la receta de un delicioso plato de garbanzos con setas y langostinos que se elabora en menos de 20 minutos, es muy fácil de hacer y os aseguro que repetiréis una y otra vez, porque el resultado es magnífico, está buenísimo.
Utilizamos legumbres en nuestra cocina durante todas las estaciones del año, por ser uno de los ingredientes que más ventajas aportan a nuestra salud. Super saludables, fáciles de conseguir y... Buenísimas!!!
La receta.
INGREDIENTES:
2 botes grandes de garbanzos cocidos ( de buena calidad), 1 cebolla dulce, 2 dientes de ajo, 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen, medio pimiento rojo, 250 g. de langostinos cocidos, 2 zanahorias grandes, 150 g. de setas variadas ( frescas o congeladas ), 1 litro y medio de agua o caldo de verduras, sal y 4 cucharadas soperas de salsa de tomate.
ELABORACIÓN:
1- Ponemos en una cazuela el aceite de oliva, la cebolla picada en pequeños daditos, los dientes de ajo picados, la zanahoria sin piel cortada a rodajas y el pimiento rojo cortado en dados.
2- Añadimos sal al gusto y salteamos a fuego medio hasta que la cebolla dore. Añadimos un poco de agua o caldo de verduras, bajamos el fuego y dejamos que se cocinen las hortalizas hasta que la zanahoria esté en su punto.
3- Añadimos las setas, mezclamos bien y dejamos cocinar un par de minutos más.
4- En una sartén aparte, ponemos las cabezas y pieles de los langostinos cocidos y los salteamos durante 1 minuto con un chorrito de aceite de oliva. Añadimos 40 ml. de agua y presionamos bien las cabezas con una cuchara de palo para que suelten su jugo. Retiramos y colamos, añadiendo luego el líquido que obtengamos a la cazuela.
5- Cuándo veamos que la zanahoria está blandita, añadimos los garbanzos escurridos y los langostinos sin piel.
6- Damos un hervor y retiramos del fuego, rectificamos la sal si fuese necesario. Dejamos que repose nuestro potaje durante 10 minutos. Servimos en platos soperos o cuencos.
"Bollitos rellenos de plátano". El nombre lo dice todo. Super tiernos y esponjosos, con sabor a merienda de toda la vida. Pan y plátano, fundidos en pequeños bollitos aromáticos e irresistibles. Podemos congelarlos y merendaremos cada vez que nos apetezca, un delicioso bollito tan tierno como recién horneado.
¿Cómo se hacen?
INGREDIENTES:
500 g. de harina de trigo, 25 g. de levadura prensada, 75 g. de azúcar, 1 yogur natural, 250 g. de leche semidesnatada, 65 g. de mantequilla reblandecida y 2 plátanos maduros. Un poquito de leche para pincelar los bollos.
ELABORACIÓN:
1- Ponemos la harina en el bol de la amasadora ( o cuenco grande si preferimos amasar a mano ) y en el centro añadimos el azúcar, el yogur natural y la mantequilla reblandecida.
2- Mezclamos suavemente hasta obtener una mezcla arenosa.
3- Templamos la leche en el microondas y disolvemos en ella la levadura, removiendo hasta su completa disolución.
4- Vertemos la mezcla de levadura sobre la mezcla de harina y amasamos durante 10 minutos, hasta obtener una masa lisa con todos los ingredientes bien integrados.
5- Tapamos la bola de masa con film y dejamos que repose a temperatura ambiente durante 1 hora. Doblará su tamaño.
6- Cortamos la masa en porciones de 65 gramos. En una superficie de trabajo ligeramente enharinada estiramos cada bolita de masa con un rodillo dándole forma de óvalo.
7- En uno de los extremos del óvalo de masa colocamos una rodaja gordita de plátano. En el otro extremo de masa, hacemos dos cortes con un cuchillo afilado.
8- Enrollamos la masa sobre sí misma encerrando el plátano y sellamos bien los bordes de cada bollito.
9- Los colocamos sobre 2 bandejas de horno con papel vegetal separados entre sí, para que no se nos peguen durante el horneado.
10- Pincelamos los bollitos con un poquito de leche y dejamos que reposen a temperatura ambiente, de nuevo, durante 20 minutos.
11- Metemos al horno precalentado a 180 grados y horneamos hasta que se vean doraditos, unos 15 - 17 minutos.
12- Retiramos del horno y dejamos que se enfríen sobre una rejilla metálica. Podemos congelarlos envolviéndolos en papel de aluminio o film y luego descongelarlos a temperatura ambiente a medida que nos apetezca consumirlos.