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Hoy os traigo un plato tradicional de la cocina española, la cocina que más me gusta. La fabada asturiana que ha preparado con esmero mi Cari, para colaborar en el evento "Caris, nosotros también", organizado por Tito en esta ocasión.
Dentro de la gastronomía española, creo que es una de los platos estrella que debería formar parte de nuestros recetarios siempre. Hay infinidad de recetas , todas muy parecidas, pero la receta que ha seguido Chema en esta ocasión es la del Chef José Andrés.
Doy fe de que la fabada estaba uff...Buenísima.
Vale la pena buscar en tiendas especializadas los ingredientes, unas buenas fabes, la morcilla asturiana... Luego el resultado se nota, como es lógico.
INGREDIENTES:
Fabes, caldo de pollo, 2 chorizos asturianos, 2 morcillas asturianas, 125 g. de panceta curada ( no en lonchas),200 g. de lacón, 1 cabeza de ajos, 1 cebolla , 1 cucharada de pimentón, unas hebras de azafrán machacadas , media taza de aceite de oliva virgen extra y sal.
El día anterior debemos poner las fabes en remojo en un recipiente con agua y dejarlas así toda la noche.
Al día siguiente, escurrir y enjuagar.
Ponemos en el puchero los chorizos, las morcillas, la panceta y el el lacón junto con el ajo sin la envoltura exterior y la cebolla pelada.
Encima ponemos las fabes.
Cubrimos con caldo de pollo y dejamos hervir lentamente.
En este punto veremos formar una especie de espuma blanca en la superficie. Desespumamos.
Añadimos el pimentón, azafrán y el aceite de oliva.
Continuamos cociendo todo a fuego lento unas 2 horas y media ( depende de la calidad de las fabes y de la dureza del agua ). Cada 10 minutos aproximadamente, añadimos un poco de agua fría para " asustar las fabes" y evitar que se hagan demasiado rápido.
Es importante que las fabes estén siempre bien cubiertas de líquido para que se cocinen adecuadamente.
Retiramos el puchero cuando estén en su punto,rectificamos la sal y dejamos reposar el guiso durante una hora.
Retiramos y descartamos la cebolla y el ajo.
Sacamos la panceta, la morcilla, los chorizos y el lacón y los cortamos en trozos o rodajas pequeñas.
La fabada deberá tener una consistencia espesa y cremosa. Si nos ha quedado demasiado líquido, tomamos una taza de fabes rotas con un poquito de caldo y las trituramos hasta conseguir una pasta. La pasamos por un colador y la vertemos sobre el guiso para espesarlo.
La fabada suele servirse en el mismo puchero en que se cocina, con las carnes en una bandeja aparte.
Volvemos a calentar el guiso y servimos en boles con trocitos de carne encima.
Espero que os guste y a tí, Tito, también.