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Su elaboración no reviste dificultad alguna, casi un juego de niños y están tan ricos que desaparecen como por arte de magia...
La receta.
INGREDIENTES:
350 g. de harina de trigo, 100 ml. de aceite de oliva, 100 ml. de vino blanco, 60 ml. de agua, 1 cucharada de postre de sal y una cucharada sopera de pimentón dulce.
1- Ponemos la harina en el bol de la amasadora ( o recipiente hondo si preferimos amasar a mano ).
2- Añadimos la sal y el pimentón. Mezclamos a velocidad media.
3- Añadimos el aceite desde el borde del recipiente mientras continuamos amasando.
4- Agregamos el vino blanco y luego el agua y amasamos hasta obtener una masa uniforme con todos los ingredientes bien integrados.
5- Tapamos la bola de masa con film y dejamos que repose media hora a temperatura ambiente.
6- Luego la estiramos sobre una superficie de trabajo con un rodillo de cocina dejándola de un grosor aprox. a 2 milímetros.
7- Cortamos tiras de masa con un cuchillo afilado o con un cortador de pizzas y enrollamos cada tira sobre sí misma varias veces, colocándolas sobre una bandeja de horno con papel vegetal algo separadas entre sí.
8- Metemos al horno precalentado a 180 grados y horneamos a esta temperatura hasta que se vean doraditos los grisines.
9- Dejamos que se enfríen del todo sobre una rejilla metálica y luego los conservamos en un recipiente hermético.
2 comentarios:
No me extraña que desaparezcan por arte de magia. Son para empezar y no parar...qué ricos!!.
Un besito y feliz día
Los tengo que probar, nunca los había oido ni comido, tienen una pinta espectacular
Un Mundo llamado May
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