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Este es uno de mis bizcochos favoritos. Esponjoso a más no poder, de miga suave y con esa calidez inconfundible que le aporta la pera horneada en su interior.
Animáos a regalar vuestro paladar y el de los que más queréis con un buen bizcocho casero que endulce vuestro día. Cuándo toque repostería, que sea casera y con ingredientes saludables, por favor. Veréis que vuestro cuerpo y mente os lo agradecerán.
La receta.
INGREDIENTES:
4 huevos grandes, 200 g. de azúcar, 120 ml. de aceite de oliva, 120 g. de leche condensada, 200 g. de harina para repostería, 1 sobre de levadura en polvo y 7 peras ercolinas. Azúcar glas para espolvorear.
ELABORACIÓN:
1- Batimos los huevos con unas varillas eléctricas a velocidad máxima.
2- Añadimos el azúcar poco a poco cuándo los huevos estén muy esponjosos. Seguimos batiendo un par de minutos más.
3- Bajamos la velocidad y añadimos el aceite de oliva desde el borde del recipiente, poco a poco, batiendo hasta que se integre.
4- Luego añadimos la leche condensada a cucharadas batiendo hasta que se integre.
5- Por último agregamos la harina previamente tamizada con la levadura y batimos hasta obtener una masa con todos los ingredientes bien integrados.
6- Vertemos la masa obtenida en un molde redondo ( desmontable), con papel vegetal y engrasado con un poco de mantequilla.
7- Lavamos muy bien y secamos con papel de cocina las peras. Les retiramos con un cuchillo la parte de abajo ( para que se queden de pie al apoyarlas sobre el molde) y las colocamos sobre la masa repartidas de forma armónica.
8- Metemos al horno precalentado a 180 grados y horneamos a esta temperatura hasta que al pinchar el centro del pastel con un palito veamos que sale limpio, unos 40 minutos aprox.
9- Dejamos templar el bizcocho 10 minutos dentro de su molde y luego retiramos el aro y desmoldamos sobre un plato, lo que nos resultará muy sencillo gracias al papel vegetal.
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